Aquí les traigo otra canción de Bulat Okudzhava, un cantautor ruso de origen georgiano del que ya les he hablado, y que he conocido gracias a mi profe de ruso. Disfruten de la canción y de la claridad con la que pronuncia este señor. Como otras veces, la traducción es mía, así que puede haber incorrecciones y errores de libro. Si las encuentran, me avisan, como ha hecho Майя, a quien le agradezco la ayuda.  He intentado adaptarla un poco para que no fuera demasiado literal.

NOTA: introduzco en la traducción algunas correcciones que me envía amablemente Natalia, de Ruso Gratis (en twitter @rusogratis). Muchas gracias.

Ещё один романс

В моей душе запечатлён
портрет одной прекрасной дамы.
Её глаза в иные дни обращены.
Там хорошо, там лишних нет,
и страх не властен над годами,
и все давно уже друг другом прощены.

Ещё покуда в честь неё
высокий хор звучит хвалебно,
и музыканты все
в парадных пиджаках.
Но с каждой нотой, Боже мой,
иная музыка целебна,
и дирижёр ломает
палочку в руках.

Не оскорблю своей судьбы
слезой поспешной и напрасной,
но вот о чём я сокрушаюсь иногда:
ведь что мы сами, господа,
в сравненьи с дамой той прекрасной,
и наша жизнь, и наши дамы, господа?

Она и нынче, может быть, ко мне,
как прежде, благосклонна,
и к ней за это благосклонны небеса.
Она, конечно, пишет мне,
но… постарели почтальоны,
и все давно переменились адреса.

Un último romance

Está impreso en mi alma
el retrato de una hermosa mujer.
Sus ojos miran días ya pasados…
Cuando todo estaba bien,
y el miedo no tiene poder sobre los años,
y hace tiempo que se perdonaron.

Aún hoy día, un alto coro
canta alabanzas en su honor,
y los músicos visten
trajes de gala.
Y cada nota, Dios mío,
la otra música me cura.
Y el director rompe
la batuta en las manos…

No ofenderé a mi destino
con lágrimas apresuradas y falsas,
pero he aquí lo que me aflige en ocasiones:
¿pues qué somos, señores,
en comparación con esta hermosa dama?
¿y nuestra vida, y nuestras mujeres, señores?

Y ahora, como antes, sé que
ella es benevolente conmigo,
y que con ella son benevolentes los cielos.
Ella, por supuesto me escribe,
pero… los carteros han envejecido
y hace tiempo que cambiaron mis direcciones

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