Las canciones infantiles rusas son unos clásicos musicales que se han extendido más allá de sus fronteras. Lo creas o no, estamos seguros de que conoces alguno de esos temas que se compusieron para niños, aunque los hayas escuchado en sus versiones traducidas. Desde canciones cuyos títulos nos recuerdan a lo cuentos que nos contaban antes de irnos a la cama (y que algunos leemos hoy a nuestros hijos), como Caperucita Roja; hasta melodías con las que pueden aprender los más pequeños, como Dos por dos son cuatro o En la escuela enseñan.
También encontramos, en este mundo de las canciones infantiles rusas, una curiosa y original forma de felicitar los años cumplidos con Que corran torpemente. Pero lo que, sin duda alguna, va a sonarte, es ese animalillo que llegó a la ciudad en una caja de naranjas y la ciencia no conoce.
La canción de Cheburashka habla del peluche que todos los adultos soviéticos (y muchos de otros países) conservan en su antigua caja de juguetes. Nacido de un antiguo cuento infantil, llegó a convertirse en una serie de dibujos animados para niños que se exportó a otros lugares del mundo. La canción resume la triste historia de Cheburashka, que acaba con final feliz.
Y, si a estas alturas no has reconocido al personaje del que hablamos, te lo pondremos más fácil: ¿cuál ha sido el muñeco de la suerte del equipo olímpico ruso durante varias ediciones recientes? ¿A que ahora sí te suena?
En definitiva, los niños siempre han reclamado atención y simpatía en Rusia. Por este motivo, existe un gran número de canciones infantiles rusas que beben y forman parte del folclore y de la tradición soviética. Si quieres sacar tu lado infantil a flote o compartir con tus hijos las historias para niños que ofrecen estas letras, aventúrate en este apartado.